El pasado lunes 15 de marzo se llevó a cabo el Encuentro Cuaresmal de Comunidades Locales de la Provincia Eudista Minuto de Dios, con el lema “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén”, frase del Evangelio de Mateo 20,18. El sentido de la reunión fue el del cuidado de la vida comunitaria.
El evento fue iluminado por una invitación hecha por el Papa Francisco en el mensaje de Cuaresma, en el que se abordó la peregrinación que Jesús realiza hacia Jerusalén y el planteamiento como misión; “su entrega, su donación, lo que presentaría como peregrino en esta caminata será su propia vida, no llevará ofrenda, él mismo será la ofrenda. En este camino Jesús revelará su obediencia, su sufrimiento y su muerte. Es el camino que se realiza Jesús hacia la Pascua”, fueron palabras del Sumo Pontífice.
El padre Edgardo Figueroa, sacerdote eudista de El Minuto de Dios fue el encargado de guiar este espacio, pues “si bien si en la Cuaresma hablamos de conversión, esta se nos podría volver una costumbre sin alcanzar su propósito. Por lo que propongo equiparar la conversión como el cuidado, si la conversión como cuidar nuestras propias debilidades y desde allí cuidar la vida comunitaria con sus debilidades. Esta propuesta nos hace entrar a reflexionar en nosotros mismos, esto es conocernos a nosotros mismos, antes de juzgar a otros”, dijo.
A partir del texto de Lucas 10, 25-37, conocido como la parábola del buen samaritano, los sacerdotes eudistas de El Minuto de Dios, profundizaron en el reconocimiento de sus hermanos de comunidades como el prójimo mismo del Evangelio, “no pasar de lado como lo hizo el sacerdote e igualmente el clérigo que también dio un rodeo y no se detuvieron a auxiliar al pobre hombre apaleado y dejado al borde del camino”, agregó el padre Edgardo.
Terminada la reflexión se invitó a las comunidades locales a hacer eco de esta parábola y de la temática planeada allí. Hubo buenos aportes que permitieron profundizar más en el tema. Después, cada comunidad hizo el acto penitencial de acuerdo con la dinámica que se planteó. En cada comunidad se organizó un espacio que permitió crear un ambiente propio para vivir la reconciliación como comunidad. Finalizó con la oración de acción de gracias por la vivencia de este encuentro cuaresmal.
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