Una breve perspectiva de la vivencia congregacional de su misión fundacional.
“Los Eudistas actuales debemos tratar con grandeza de alma e inmensa gratitud nuestra historia familiar, construida sobre el heroísmo de nuestros antepasados y regada con la sangre de nuestros mártires”[1]
Gerardo Velásquez Morales Cjm
Al aproximarse los 400 años de la fundación la Congregación de Jesús y María, los Eudistas hacen un giro paradigmático en su visión interna. Sin perder su esencia, han pasado de una lectura de vida comunitaria que se embarca en la misión, a la construcción de una comunidad reunida en torno a una misión. Esto es, la misión es la que los convoca y, por ello, han pasado de estar “juntos para la misión” a “para la misión juntos”[2] Y aunque parece ser un juego de palabras, que podrían no tener una trascendencia epistémica ni un impacto en el ser Eudista, evidentemente tiene una profunda relación en la vivencia de la comunidad.
Así pues, para comprender los hechos que motivan a este giro es necesario hacer una lectura del heroísmo cristiano vivido en la escuela de San Juan Eudes, pues, los Eudistas a imitación de su padre fundador, comprenden que la formación de Jesús es una necesidad vital para el pueblo santo de Dios. Y en este proceso gestacional y de encarnación dejan al lado sus diferencias humanas, culturales y sociales y se embarcan en la tarea de «Remar mar adentro» (Lucas 5, 4)
Ya lo enseña el recordado padre Teodoro Hamon cjm, sacerdote francés, quien, ante el llamado de su superior general, padre Ángel le Doré cjm, para ir a tierras colombianas e iniciar allí una nueva misión pronuncia las palabras que deberían de convertirse en la respuesta a las obediencias misionales de todo Eudista: “ECCE EGO, MITTE ME”. (Aquí estoy, envíame) Palabras que interpelan y retumban aún en los claustros, casas de formación y comunidades locales de los Eudistas en América. Y que han quedado grabadas en la hermosísima capilla de Cristo Sumo Sacerdote del seminario Valmaría en Bogotá como signo de la valentía y el tesón Eudista.
Y ¿para qué embarcarse en un mar tempestuoso? Los fundadores y superiores de la Congregación son Jesús y María y este punto de referencia no se puede perder en la vida de ningún Eudista, ni de aquel que inicia su tiempo de probación ni del que ha entregado su vida en la edificación de la comunidad. En esa embarcación que navega hacia mar adentro los Eudistas viven el proceso remembranza de sus orígenes y en consecuencia, bien lo enseña el recordado padre Gerardo Velásquez cjm “la misión fue un acto de encarnación”[3]
La formación, como se ha dicho anteriormente, implica un proceso de gestación y alumbramiento. Y claramente no es un proceso fácil, sino que exige en el hombre una fuerza espiritual y anímica que solo podrá venir de Dios pero que siendo necesario es vital, pues el proceso de encarnación enriquece con nuevas luces, vidas y grandezas la vida y el carisma de la congregación. En el fondo, asumir una nueva misión es prologar el misterio de la encarnación, asumir las realidades a las que son destinados no como espectadores sino como miembros.
Solo se puede gestar si se entra en sintonía con los dolores profundos de las personas. Los Eudistas no llegan a Colombia con aires colonizadores o añoranzas de su tierra de origen, sino que encuentran que la tierra que los acoge necesita que se comience una fuerte labor en la construcción de una humanidad nueva. Los Eudistas comprometen su vida en la futura Provincia de Colombia a crear hombres nuevos desde el corazón de Dios, y así como en Francia resonó el impactante “ECCE EGO, MITTE ME” en Colombia retumban las palabras de Monseñor Eugenio Biffi “EL VERBO DE DIOS SE HA HECHO CARNE”[4]
Al tiempo, la misión Eudista llegó a las tierras canadienses y éstos acogen a los franceses que han salido por la Revolución. Los Eudistas llegan a las inhóspitas tierras con factores ambientales y geográficos en contra, pero su convicción los impulsó al trabajo con tesón en la formación de Jesús. Así lo enseña el padre Ricardo Chinchilla cjm: “el espíritu Eudista es el que trabaja en la tempestad con alegría” y así la misión se logra, creyendo lo que el fundador dijo: ver en todo, la voluntad de Dios.
Pese a las barreras lingüísticas y culturales, los Eudistas ya se encuentran en Francia, Colombia y Canadá al final del siglo XIV. En la actualidad, en cuatro continentes, pero las distancias culturales y de pensamiento no podrán ser una limitante en el servicio congregacional, los une la misión y la preocupación por el pueblo de Dios. Por eso, hablar el lenguaje de la misericordia es el único que puede unirlos como seres humanos y cristianos Eudistas.
Lenguaje de misericordia que ha expresado Venezuela, una provincia golpeada fuertemente (como toda persona e institución en el entrañable país latino) por las dificultades sociales, políticas y económicas, sabe lo que es vivir la misericordia. “Desde la llegada de los Eudistas a Venezuela, la experiencia misionera siempre fue un norte. La evangelización de comunidades y pueblos desasistidos y sin formación religiosa se hizo prioritaria y vemos cómo los sacerdotes empiezan a salir de los seminarios en las temporadas fuertes de misión para ir a ‘evangelizar’ a estos pueblos”[5]
Esa salida necesaria y vital por Dios lleva a los Eudistas de todos los lugares y de todas las épocas a encontrar al hombre. El padre Camilo Bernal cjm hablando del Siervo de Dios Rafael Garcia-Herreros dice: “buscando el encuentro con Dios encontró al hombre y a un hombre viviendo en un tugurio y encontrándolo se comprometió con él”. Entonces, comprometerse con el hombre y su dignidad no es solo del tiempo libre, sino que implica comprometer incluso el buen nombre del misionero que acercándose al mísero lleva la fuente de la misericordia.
Claramente el ejercicio misional no se puede realizar solo y ahí la clave es la comunidad que se une para llevar adelante el proceso gestacional y de encarnación. Y bien lo vivió el Siervo de Dios Rafael Garcia-Herreros: “Le vuelvo a decir que estoy desesperado por falta de un sacerdote Eudista. El padre Provincial dice que no tiene y es verdad”[6] .En el año 2009 se crea la Provincia Minuto de Dios, con una voz que retumba y hace vibrar los corazones de todos los Eudistas: “Que el corazón de Jesús nos conceda mucha audacia e intrepidez para hacer crecer el Reino de Dios y para formar entre nosotros, con Jesús y María, un solo corazón”[7] Así pues, el inicial desespero que expresa el padre García-Herreros es respondido por una comunidad que respalda su trabajo hablando de que somos un solo corazón. Y esa unidad comunitaria es profundamente conmovedora.
Los Eudistas a pesar de ser de diferentes latitudes se comprometen en el servicio misional, un Eudista es un hombre encendido en misericordia que se dedica a las misiones y a la formación. Durante este viaje de mar adentro, la misión ha cosechado frutos exuberantes y ha formado en los corazones de hombres valientes con mirada misericordiosa, que trabajaban decididamente. Así pues, la Congregación llega a los corazones africanos y los invita en palabras del padre Severin Lath cjm a: “dejarse interpelar por los primeros eudistas, y como Juan Eudes, a abrir con audacia los caminos nuevos para hacer crecer el Reino de Dios en África”
Esto es realmente emocionante, los Eudistas pronuncian con temblor en su voz el “aquí estoy” porque son conscientes de la necesidad de formar a Jesús en todos los cristianos, a pesar de las dificultades culturales y geográficas, porque saben que es la forma de construir un reino en el que la dignidad del hombre sea reconocida, reestablecida y cuidada. Llegan así a Europa, América, Asia y África. Pero principalmente al corazón de Jesús y María que con y entre nosotros son un solo corazón.
Jefferson García Castrillón | Candidato Eudista Provincia Minuto de Dios
Bogotá, Seminario de Valmaría, 2021
[1] Gerardo Velásquez Morales Cjm. El amanecer histórico de la Provincia Eudista de Colombia. Pendiente de publicación pág. 6
[2] Cf. De ITINERARIO EUDISTA DE LA FORMACION FORMAR A JESUS EN NOSOTROS, Ratio 2020 N° 58-61, para que le des fuerza al argumento. Y constituciones 16-22
[3] Gerardo Velásquez Morales Cjm. El amanecer histórico de la Provincia Eudista de Colombia. Pendiente de publicación pág. 20
[4] Gerardo Velásquez Morales Cjm. El amanecer histórico de la Provincia Eudista de Colombia. Pendiente de publicación pág. 27
[5] Solano, Martín cjm. 90 años en Venezuela, evangelizando y formando. Caracas, 2014. Pág. 31
[6] Jaramillo, Diego cjm. Los Eudistas en el Minuto de Dios. Corporación Centro Carismático Minuto de Dios. Bogotá, 2011. Pág. 12 Carta del Padre Rafael Garcia-Herreros al superior General el 20 de marzo de 1962
[7] Jaramillo, Diego cjm. Los Eudistas en el Minuto de Dios. Corporación Centro Carismático Minuto de Dios. Bogotá, 2011. Pág. 119
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