En la semana del 20 al 25 de mayo iniciamos la profundización de las Constituciones de la Congregación de Jesús y María.
Contamos con la grata enseñanza del padre Laurent Tournier desde la provincia de Francia, un sacerdote francés cálido, cercano y generoso en sus sesiones. Con él, sostuvimos encuentros virtuales de lunes a miércoles y abordamos los numerales de la Constitución que concierne a la provincia, sus cargos y la misión. Asimismo, la cercanía que debemos tener con los cohermanos que están en misión en otras provincias. También abordamos algunas reglas prácticas que abordan el buen funcionamiento de las provincias y sus comunidades. Quiero resaltar el profundo diálogo que sostuvimos en torno a la naturaleza canónica de las Sociedades de Vida Apostólica, figura jurídica a la cual pertenecemos en la Congregación de Jesús y María. Así define el Derecho Canónico: “Sociedades cuyos miembros aspiran a la perfección de la caridad buscando la realización del fin apostólico de la propia sociedad por la observancia de las constituciones propias y llevando una vida fraterna en común según el propio modo de vida”. El apostolado es toda actividad de la Iglesia ordenada a difundir el Reino de Dios por toda la tierra y hacer a los hombres partícipes de la redención salvífica. La vida fraterna se ve reflejada en la convivencia mutua, la espiritualidad y la pastoral de manera conjunta. Las Sociedades no hacen votos religiosos porque no quieren ser ni imitar la vida religiosa. El bautismo y el sacramento del orden -en los ordenados- es la fuerza y el fundamento de su compromiso apostólico.
La formación semanal se completó con la presencia del señor Cardenal Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, Colombia. Como Padre y Pastor de la Iglesia, hizo un recorrido magistral del momento histórico que acaecía cuando fue promulgada la Constitución en 1983. Su enseñanza fue una clase de eclesiología con la lucidez de quién ha guiado la Iglesia Latinoamericana en su servicio como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) para el periodo de 1999-2003. El cardenal es un hombre que habla con autoridad y rigurosidad histórica, transmite el amor que siente por la Iglesia y analiza los documentos eclesiales con rigurosidad y analiza este momento histórico. Fue enfático en la concepción de la misión de la Iglesia antes y después del Concilio Vaticano II: se pensaba en la Iglesia como misterio de Salvación a una Iglesia del pueblo de Dios. Así mismo, realizó un recorrido histórico y conceptual de la influencia de Latinoamérica para la Iglesia Universal con los documentos conclusivos de Medellín en 1968, de Puebla en 1979, Santo Domingo en 1992 y Aparecida en el 2007. En su presentación, frecuentemente exponía las Constituciones Lumen Gentium y Dei Verbum y los profundos cambios en la evangelización que propició acertadamente el Concilio Vaticano II. Resaltó la misión del papa Francisco en poner en marcha este Concilio durante su magisterio y aplaudió el sínodo de la sinodalidad que vivimos en la actualidad.
En la tarde del jueves 23 de mayo, Mons. Jorge Jiménez presidió la Eucaristía. Hubo una numerosa participación de los habitantes de San Pedro de los Milagros quienes nos han recibido con cariño y alegría. Seguidamente, se llevó a cabo nuestra Adoración al Santísimo Sacramento con los fieles.
Para el viernes 24, las enseñanzas continuaron con un análisis de la realidad de la Iglesia en la actualidad, trazó los retos que tenemos como futuros ministros y reiteró el lema congregacional: Juntos para la Misión. Al finalizar nuestro encuentro, fuimos al mausoleo de la Casa donde reposan los eudistas que nos precedieron. Este momento fue especial porque Mons. Jorge recordó entre risas y conmovido sus otrora formadores y compañeros en la congregación. Este fue un espacio emotivo porque nos conectó con las generaciones que hicieron camino congregacional en el país.
Finalmente, el sábado compartimos con el grupo juvenil de la Basílica del Señor de los Milagros. Fue un encuentro alegre, con dinámicas, trabajo grupales y oración. Viviendo la alegría del Evangelio y la espiritualidad eudista con los jóvenes san pedrinos. En la noche celebramos la alegría del don de la Vida por quienes cumplieron años: Rafael Beltrán, Carlos Vargas y Nicolás Konan.
De esta manera continuamos en nuestra formación en el TEFEI que ha sido un tiempo de aprendizaje, oración y profundización de la espiritualidad eudista que tiene mucho para aportar en la misión eclesial en la salvación de las almas para la gloria de Dios. Nos encomendamos en sus oraciones para que esta recta final esté asistida por el Espíritu Santo que forma a Jesús en nuestros corazones. ¡Viva Jesús y María!
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