La canonización de San Juan Eudes fundador de la Congregación de Jesús y María (Eudistas), se realizó un 31 de mayo de 1925 bajo el pontificado del Papa Pío XI, junto a san Juan María Vianney; fue un momento de gran significado para la Iglesia. Este santo francés del siglo XVII es reconocido por su ferviente devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta el punto de ser reconocido como el padre, doctor y apóstol del culto litúrgico a los Corazones de Jesús y María.

Nuestro santo fundador con infatigable entrega, trabajó arduamente por la renovación cristiana, especialmente por la restauración de la dignidad sacerdotal, ya que en su contexto se experimentaba la degradación y decadencia de los sacerdotes.  Fue elevado al honor de los altares en virtud de su vida ejemplar y su impacto duradero en la espiritualidad cristiana, es tal el legado que nos ha dejado que su espiritualidad se sigue actualizando y sigue vigente en nuestros días.

En estas vísperas del centenario de su canonización, tengamos presente su legado y el compromiso, acompañando y animando a los creyentes a través de un proceso de configuración permanente con Cristo, por medio de un camino de renuncia y adhesión, que da como resultado la formación de Jesús en el corazón del cristiano.