#CrónicaTEFEI2024 por Alfredo Ordóñez Pardo – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

#CrónicaTEFEI2024 por Alfredo Ordóñez Pardo – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

En la semana del 20 al 25 de mayo iniciamos la profundización de las Constituciones de la Congregación de Jesús y María.

Contamos con la grata enseñanza del padre Laurent Tournier desde la provincia de Francia, un sacerdote francés cálido, cercano y generoso en sus sesiones. Con él, sostuvimos encuentros virtuales de lunes a miércoles y abordamos los numerales de la Constitución que concierne a la provincia, sus cargos y la misión. Asimismo, la cercanía que debemos tener con los cohermanos que están en misión en otras provincias. También abordamos algunas reglas prácticas que abordan el buen funcionamiento de las provincias y sus comunidades. Quiero resaltar el profundo diálogo que sostuvimos en torno a la naturaleza canónica de las Sociedades de Vida Apostólica, figura jurídica a la cual pertenecemos en la Congregación de Jesús y María. Así define el Derecho Canónico: “Sociedades cuyos miembros aspiran a la perfección de la caridad buscando la realización del fin apostólico de la propia sociedad por la observancia de las constituciones propias y llevando una vida fraterna en común según el propio modo de vida”. El apostolado es toda actividad de la Iglesia ordenada a difundir el Reino de Dios por toda la tierra y hacer a los hombres partícipes de la redención salvífica. La vida fraterna se ve reflejada en la convivencia mutua, la espiritualidad y la pastoral de manera conjunta. Las Sociedades no hacen votos religiosos porque no quieren ser ni imitar la vida religiosa. El bautismo y el sacramento del orden -en los ordenados- es la fuerza y el fundamento de su compromiso apostólico.

La formación semanal se completó con la presencia del señor Cardenal Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, Colombia. Como Padre y Pastor de la Iglesia, hizo un recorrido magistral del momento histórico que acaecía cuando fue promulgada la Constitución en 1983. Su enseñanza fue una clase de eclesiología con la lucidez de quién ha guiado la Iglesia Latinoamericana en su servicio como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) para el periodo de 1999-2003. El cardenal es un hombre que habla con autoridad y rigurosidad histórica, transmite el amor que siente por la Iglesia y analiza los documentos eclesiales con rigurosidad y analiza este momento histórico. Fue enfático en la concepción de la misión de la Iglesia antes y después del Concilio Vaticano II: se pensaba en la Iglesia como misterio de Salvación a una Iglesia del pueblo de Dios. Así mismo, realizó un recorrido histórico y conceptual de la influencia de Latinoamérica para la Iglesia Universal con los documentos conclusivos de Medellín en 1968, de Puebla en 1979, Santo Domingo en 1992 y Aparecida en el 2007. En su presentación, frecuentemente exponía las Constituciones Lumen Gentium y Dei Verbum y los profundos cambios en la evangelización que propició acertadamente el Concilio Vaticano II. Resaltó la misión del papa Francisco en poner en marcha este Concilio durante su magisterio y aplaudió el sínodo de la sinodalidad que vivimos en la actualidad.

En la tarde del jueves 23 de mayo, Mons. Jorge Jiménez presidió la Eucaristía. Hubo una numerosa participación de los habitantes de San Pedro de los Milagros quienes nos han recibido con cariño y alegría. Seguidamente, se llevó a cabo nuestra Adoración al Santísimo Sacramento con los fieles.

Para el viernes 24, las enseñanzas continuaron con un análisis de la realidad de la Iglesia en la actualidad, trazó los retos que tenemos como futuros ministros y reiteró el lema congregacional: Juntos para la Misión. Al finalizar nuestro encuentro, fuimos al mausoleo de la Casa donde reposan los eudistas que nos precedieron. Este momento fue especial porque Mons. Jorge recordó entre risas y conmovido sus otrora formadores y compañeros en la congregación. Este fue un espacio emotivo porque nos conectó con las generaciones que hicieron camino congregacional en el país.

Finalmente, el sábado compartimos con el grupo juvenil de la Basílica del Señor de los Milagros. Fue un encuentro alegre, con dinámicas, trabajo grupales y oración. Viviendo la alegría del Evangelio y la espiritualidad eudista con los jóvenes san pedrinos. En la noche celebramos la alegría del don de la Vida por quienes cumplieron años: Rafael Beltrán, Carlos Vargas y Nicolás Konan.

De esta manera continuamos en nuestra formación en el TEFEI que ha sido un tiempo de aprendizaje, oración y profundización de la espiritualidad eudista que tiene mucho para aportar en la misión eclesial en la salvación de las almas para la gloria de Dios. Nos encomendamos en sus oraciones para que esta recta final esté asistida por el Espíritu Santo que forma a Jesús en nuestros corazones. ¡Viva Jesús y María!

#CrónicaTEFEI2024 por José Gregorio Navas – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

#CrónicaTEFEI2024 por José Gregorio Navas – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

Los días en San Pedro de los Milagros han transcurrido con gran entusiasmo. La semana desde el lunes 13 al domingo 19 de mayo comenzamos nuestros estudios de las Reglas Latinas, que son las Reglas de la Congregación de Jesús y María, las cuales –como lo señala Juan Eudes– fueron “entregadas a todos los miembros de esta Congregación por Cristo Jesús y por María, su Santísima Madre”. Nos estuvo acompañando toda la semana el Padre José Gregorio Rodríguez, quien se dedicó a abordar cada capítulo de estas Reglas que son una maravillosa síntesis de espiritualidad bíblica, lo que convirtió cada conferencia en un encuentro vivificante con la Sagrada Escritura, desde donde Juan Eudes idea magistralmente una serie de enunciados escritos de una manera concisa, bella y creativa para los miembros de su Congregación.

Estas Reglas Latinas, nombre con el cual se conocen al interior de nuestra familia, como sabemos, están divididas en dos grandes partes: La Regla del Señor Jesús y la Regla de la Santísima Virgen María. Ambas fueron escritas en latín, diferente a las Constituciones de la Congregación que fueron escritas en francés. Si bien, estas Reglas como norma especialísima que el mismo Juan Eudes crea y pone como autores principales a Jesús y María, denotan un grado alto de comprensión y lectura bíblica muy elevado. Es importante recordar que ya existían otras Reglas antiguas como la de san Basilio, san Agustín, san Benito y la de san Francisco, sin embargo, Juan Eudes no pensó someter a los miembros de su Congregación a una regla religiosa, ya que se oponía a la naturaleza del proyecto que él había fundado.

La Congregación no era una Orden Religiosa, sino un cuerpo puramente eclesiástico, destinado a llevar a sus miembros a la perfección de su estado, haciéndolos modelos y educadores del clero secular, en cuya categoría se proponían permanecer. De ahí que ninguna regla existente aplicaba para este estilo de vida que proponía el Padre Eudes, por eso creó su propia Regla, basándose en versículos bíblicos que usó perfectamente como si se tratase de pequeños retazos de tela que fue uniendo con el hilo de la sabiduría que le otorgaba el Espíritu Santo, cuyo resultado fue un traje precioso con el cual los eudistas han de revestirse todos los días de sus vidas.

San Juan Eudes, maestro de vida espiritual, como lo señala “Discípulos de Jesús en la Escuela de san Juan Eudes”, supo recoger con sumo cuidado las más bellas enseñanzas de la biblia, sobre los deberes de la vida cristiana, las obligaciones del sacerdocio y las virtudes particularmente requeridas de la vida comunitaria; las agrupó metódicamente y las unió de tal manera que forman un texto continuo. Poner a Jesús y María como autores de estas reglas, no es más que encontrarse con nuestros Fundadores y Superiores que ahora cobran vida al pronunciar las palabras de la Sagrada Escritura y le hablan a sus hijos con autoridad, humildad, sencillez y confianza.

El jueves 16 de mayo hicimos una pausa en el estudio de las Reglas Latinas para unirnos a una conferencia virtual con el Padre Pierre Drouin, que se conectó desde Canadá. El P. Pierre se ha dedicado a estudiar detenidamente el perfil bíblico de san Juan Eudes, brindando aportes a los eudistas en este tema. Para él, los miembros de la Congregación hemos de volver cada vez más a la Sagrada Escritura como bien lo supo indicar san Juan Eudes, no tanto con el ansia de un estudio académico, sino con el deseo de escuchar al Maestro con el corazón, de “leer sin comentarios” la Santa Palabra.

La lectura de la biblia marcó a los miembros de la Congregación en los primeros años de su fundación. Leída y orada en un espíritu de respeto y tenida como una norma de vida. Sin duda alguna, y como lo constatan las Reglas Latinas, la Biblia es la fuente de toda la espiritualidad eudesiana y así anhela que los miembros de esta familia puedan tener en sus vidas la Escritura Divina: fundamento, regla, norma y vida de nuestra vida. Decía el P. Pierre: “La Escritura es como el corazón de Dios que contiene sus secretos y que es el principio de sus hijos”, así lo comprendió Juan Eudes, a ejemplo de otros grandes santos como Agustín de Hipona. El llamado sigue vigente para los eudistas de hoy: más allá de los compromisos que responden a la misión que ejercemos, debe existir en nuestros corazones la sed de escuchar a Dios, cuya saciedad la encontramos volviendo cada día, con ánimo decidido, a la Sagrada Escritura.

Quiero finalizar recordándoles que esta semana hicimos nuestra preparación para Pentecostés. Durante los siente días previos a la Cincuentena Pascual, nos unimos cada tarde con la Comunidad de San Pedro de los Milagros en jornadas de oración al estilo de la Renovación Carismática Católica. Con el Cerco de Jericó nos adentramos en un camino de liberación y sanación para gritar victoriosos el sábado por la noche: “¡Llegó el Espíritu Divino a mi vida!”. Durante los siete días se dedicó cada tarde a una predicación que “movió corazones”, disponiéndolos a “derrumbar muros” que no nos habían permitido vivir en una sanación integral que solo puede otorgarnos el Dios de la vida. El sábado por la mañana organizamos un retiro: “Sanados por el poder del Espíritu Santo”, donde con prédicas, dinámicas, reflexiones y adoración eucarística, recibimos el bautismo en el Espíritu Santo.

De este modo llegamos preparados para nuestra Vigilia de Pentecostés, que fue organizada pensando en tantas personas que fueron sumándose de manera incontable cada día a nuestros encuentros. Fue sin duda una noche maravillosa, llena de júbilo y presencia de Dios. Este gozo pascual no ha terminado, el corazón continúa rebosante de la prensencia del resucitado. Seguimos avanzando en este bello tiempo que Dios nos ha concedido para adentrarnos más en la Espiritualidad Eudista y lo hemos caminado como ese pueblo de la Pascua que va enarbolando las banderas de la victoria de Cristo Resucitado, esos que enarbolan la victoria del Corazón de Jesús que se levanta glorioso sobre la humanidad entera.

Damos infinitas gracias a Dios por tan grandes beneficios,

somos suyos, no queremos nada más que a Jesús.

¡Corazones de los hombres, bendigan al Señor!

¡Venga a nosotros el Reino de tu Espíritu!

#CrónicaTEFEI2024 por Brayan Pabón Gamas – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

#CrónicaTEFEI2024 por Brayan Pabón Gamas – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

INTRODUCCIÓN

Después de vivir un maravilloso tiempo de gracia en la finca el Remanso (Tolima) y de haber aprendido diversas enseñanzas que van encaminadas a la configuración con la identidad Eudista, nos hemos trasladado (lunes 06 de mayo) a la casa de encuentros san Juan Eudes en el municipio de San Pedro de los Milagros (Antioquia) para continuar con en esta última etapa del Tiempo especial de Formación Eudista Internacional (TEFEI).  Este municipio del departamento de Antioquia está marcado fuertemente por el legado histórico que han dejado los eudistas, especialmente con el Padre Pedro Lacroix, cjm, quien marcó significativamente en las personas la impronta eudista y el desarrollo integral del pueblo.

FORMÁNDONOS EN LA HISTORIA DE LA CJM

Durante esta semana (del 07 al 10 de mayo) hemos estado reflexionando entorno al contexto histórico de Juan Eudes y  el de la congregación. Los días martes y miércoles estuvimos haciendo lectura activa del texto “San Juan Eudes y la fundación de la CJM. Un fundador santo y una comunidad llamada a ser escuela de santidad” elaborado por el Padre Higinio Lopera, CJM. En dicho texto se pudieron identificar distintas categorías fundamentales para la comprensión del contexto histórico de nuestro fundador y como se fue desarrollando nuestra congregación a partir de la historia; además se mostró cómo la CJM está inspirada y es llamada por la gracia divina a ser escuela de santidad.

Por otra parte, los días jueves y viernes nos acompañó el Padre Daniel Doré, Cjm (Archivista general) de manera virtual. Esta formación estuvo dividida en dos bloques: el día jueves tocó la historia de la congregación durante el siglo XIX, periodo clave para la CJM, puesto que a finales del siglo XVIII se vivió la revolución francesa (05 de mayo 1789), y una de las consecuencias fue la supresión de las órdenes religiosas. En este caso, los eudistas fueron clausurados, exiliados y a otros eudistas vilmente les arrebataron sus vidas. (beatos mártires eudistas). Se habló de la restauración de la congregación liderada por el Padre Pedro Blanchard el 09 de enero de 1826 en la diócesis de Rennes y como los eudistas tomaron fuerza dentro del servicio de la Iglesia Francesa en el siglo XIX y en la educación. El día viernes en un segundo momento se tocó la historia de la congregación en el periodo del siglo XX, mostrando algunas aristas muy importantes en donde se reflejó cómo los eudistas llegaron a Colombia (en 1883 por el padre Teodoro Hamón) y fueron desarrollando la misión durante dicho siglo.

Con Corazón Grande y ánimo decidido.

Gracias a los padres formadores, a la comunidad local “casa de encuentros san Juan Eudes” y al párroco de la basílica menor del Señor de los milagros, pudimos dar inicio el día sábado 11 de mayo a nuestros ejercicios pastorales. Hemos estado acompañando “con corazón grande y ánimo decidido” las celebraciones litúrgicas de la parroquia, básicamente en dos momentos concretos: en el ministerio de música y en el servicio litúrgico de las eucaristías. Por otra parte, hemos iniciado el cerco de Jericó, como preparación a pentecostés. Esta actividad ha estado liderado por nuestro hermano Luis Guillermo y se ha venido desarrollando con todos los hermanos del TEFEI, los destinatarios de estos encuentros carismáticos somos nosotros los candidatos pero también está abierto para todas las personas que vienen a la casa de encuentros.

 CONCLUSIÓN

A manera de conclusión, se puede decir que esta semana fue de profunda reflexión en torno a la vida de san Juan Eudes y la congregación, pero también una semana de preparación y proyección, con el fin de culminar esta última etapa del TEFEI; así mismo los padres formadores nos han estado motivando a dar lo mejor de nosotros mismos con disciplina y dedicación, con el objetivo de seguir configurándonos con el paradigma y la identidad eudista.

¡Gracias infinitas sean dadas al Señor por este tiempo de gracia!

Presiona en la siguiente fotografía para ver más imágenes:


TEFEI 2024 - Llegada al Juniorato de San Pedro

Bogotá vivió el tradicional gran encuentro preparatorio de Pentecostés 2024

Bogotá vivió el tradicional gran encuentro preparatorio de Pentecostés 2024

La Emisora Minuto de Dios Bogota 107.9FM ya ha sembrado como tradición la preparación a la gran fiesta de Pentecostés y esto suele realizarse una semana antes de la celebración en la Iglesia. Este lunes festivo 13 de mayo se vivió este gran congreso en el coliseo del Colegio Agustiniano Salitre, el cual albergó a dos mil quinientas personas que se entregaron por entero a avivar su experiencia con el Espíritu Santo.

Desde las 8 de la mañana, ríos de personas colmaron el recinto para adentrarse en una experiencia renovadora, animada musicalmente por el Ministerio de la RCC Engativá, las distintivas danzas del Servicio Artístico de Bogotá y la animación de los talentos de Minuto de Dios Radio encabezados por su director, el sacerdote Eudista Javier Riveros cjm, asesor de la Renovación Católica Carismática de Colombia.

El invitado de la velada fue el padre Jose Eugenio Hoyos, sacerdote colombiano, de mucho renombre en la RCC de los Estados Unidos y de nuestro país, con su particular prédica, brindó momentos de diversión y de reflexión a los presentes, momentos que culminaron con una gran efusión al Espíritu Santo conducida por el padre Riveros y que finalizó con la eucaristía de la vigilia de Pentecostés, presidida por el padre Diego Jaramillo.

“El Espíritu Santo y María” fue el eje temático de las prédicas y fue la semilla sembrada en el corazón de los asistentes, permitirle al Espíritu Santo ser el artífice de la transformación del corazón, a ejemplo de la Madre de Dios.

Mira aquí un resumen de los momentos vividos durante la jornada de preparación a Pentecostés 2024: https://www.facebook.com/reel/1510828169497445

Jubileo 2025: momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús

Jubileo 2025: momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús

Por: P. Hermes Flórez, cjm

El papa Francisco nos ha dado la Bula de convocación del Jubileo ordinario del año 2025, denominada “Spes non confundit” (la esperanza no defrauda, Rm 5,5). El obispo de Roma desea que el Jubileo sea para todos ocasión de reavivar la esperanza. Retomando el pasaje de la carta a los Romanos (5, 1-2.5), nos indica cómo Pablo, a pesar de no haber fundado la comunidad de Roma, “sentía el vivo deseo de llegar allí pronto para llevar a todos el Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, como anuncio de la esperanza que realiza las promesas, conduce a la gloria y, fundamentada en el amor, no defrauda” (2). Esta fundamentación en el amor es de donde nace la esperanza cimentada en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz.

La vida de Jesús se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el Bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo, pues este Espíritu es quien irradia en los creyentes la luz de la esperanza. La esperanza cristiana no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos del amor divino.

Finalmente, el papa nos recuerda que este amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento, situaciones en que es necesario desarrollar una virtud estrechamente relacionada con la esperanza, la paciencia: “La paciencia, que también es fruto del Espíritu Santo, mantiene viva la esperanza y la consolida como virtud y estilo de vida. Por tanto, aprendamos a pedir con frecuencia la gracia de la paciencia, que es hija de la esperanza y al mismo tiempo la sostiene” (4).

La vida cristiana, un camino

En la conexión entre esperanza y paciencia se decanta que la vida cristiana es un camino que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús. Por tanto, al ponernos en peregrinación jubilar, recordamos que “ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida”.

En este sentido, “ahora ha llegado el momento de un nuevo Jubileo, para abrir de par en par la Puerta Santa una vez más y ofrecer la experiencia viva del amor de Dios, que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo. Durante este tiempo ha de procurarse que el Pueblo de Dios acoja, con plena participación, tanto el anuncio de esperanza de la gracia de Dios como los signos que atestiguan su eficacia”.

Los signos de esperanza

Me llama profundamente la atención que el papa nos recuerde que “es necesario poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia”, cuestión que suele suceder en varios ámbitos, especialmente cristianos. Frente a ello menciona unos signos de esperanza:

  • Paz para el mundo
  • Tener una visión de la vida llena de entusiasmo para compartir con los demás
  • Recuperar la alegría de vivir
  • Signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria (el papa abrirá una puerta santa en una cárcel)
  • Tener signos de esperanza para aquellos que la representan: los jóvenes
  • Acoger a los migrantes, exiliados, desplazados y refugiados, garantizándoles seguridad, acceso al trabajo e instrucción
  • Valorar el tesoro que son los ancianos, especialmente los abuelos y las abuelas (gratitud de los hijos y amor de los nietos)
  • Esperanza para millares de pobres, que carecen con frecuencia de lo necesario para vivir
Llamamientos a la esperanza

“Haciendo eco a la palabra antigua de los profetas, el Jubileo nos recuerda que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados sino a todos”, frente a lo que aboga por el agua, el alimento, el hambre, la condonación de las deudas de los países que nunca podrán saldarlas, la concreción de la forma sinodal, en torno a la Pascua, en el marco de los 1700 años del concilio de Nicea, como paso decisivo hacia la unidad.

Razones de nuestra esperanza

El papa concluye recordando que la esperanza, junto con la fe y la caridad forman el tríptico de las virtudes teologales que expresan la esencia de la vida cristiana. En su dinamismo inseparable, la esperanza es la que, por así decirlo, señala la orientación, indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana. Por tanto, hay razones de nuestra esperanza:

  • Creemos en la vida eterna hacia donde se dirige la historia
  • Jesús, muerto y resucitado, es el centro de nuestra fe
  • Soy amado, luego existo: una felicidad que nos plenifica en el amor
  • La ilimitada misericordia de Dios que se descubre en la indulgencia
  • El sacramento de la penitencia que nos asegura que Dios quita los pecados (se mantienen los misioneros de la misericordia)
Finalmente, dos textos preciosos de este documento:

Me permito citar dos textos que me han llamado mucho la atención en la parte final de la Bula.

“La imagen del ancla es sugestiva para comprender la estabilidad y la seguridad que poseemos si nos encomendamos al Señor Jesús, aun en medio de las aguas agitadas de la vida. Las tempestades nunca podrán prevalecer, porque estamos anclados en la esperanza de la gracia, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Esta esperanza, mucho más grande que las satisfacciones de cada día y que las mejoras de las condiciones de vida, nos transporta más allá de las pruebas y nos exhorta a caminar sin perder de vista la grandeza de la meta a la que hemos sido llamados, el cielo…”

“El próximo Jubileo, por tanto, será un Año Santo caracterizado por la esperanza que no declina, la esperanza en Dios. Que nos ayude también a recuperar la confianza necesaria —tanto en la Iglesia como en la sociedad— en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación. Que el testimonio creyente pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2 P 3,13), donde habite la justicia y la concordia entre los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor.”

Conclusión: un tiempo para redescubrir la esperanza cristiana

Estas ideas y citas que han aparecido en esta síntesis nos permiten por lo menos asegurar tres cuestiones clave:

  1. Un tiempo para descubrir la esperanza y la paciencia como estilos de vida del cristiano. Se trata de una mirada real, que no defrauda ni engaña, y que tiene como fundamento la certeza de que nada ni nadie nos podrá separar del amor divino. Con san Juan Eudes podríamos inspirarnos para orar: Señor Jesús, vive tu esperanza y tu paciencia en mí.
  2. Un tiempo para ponernos en camino y descubrir la experiencia viva del amor de Dios que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo. Descubramos que en la vida cristiana todo es proceso y que constantemente estamos envueltos en los misterios de Jesús, que nos dan dinamismo para vivir su vida.
  3. Un tiempo para hacer el llamamiento en la esperanza en nuestras situaciones concretas. Es un tiempo para que abramos nuestros ojos a las necesidades de nuestros hermanos y que, anclados en la esperanza, podamos hacer algo concreto en su servicio.