#CrónicaTEFEI2024 por Luis Isidro Lemus – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

#CrónicaTEFEI2024 por Luis Isidro Lemus – Candidato Provincia Eudista Minuto de Dios

En la semana del 15 al 20 de abril se llevó a cabo un proceso de reflexión sobre “la formación sacerdotal”.  Se contó con la compañía del Padre Yoel Mora, Cjm, en el desarrollo del tema de la Formación Inicial; y el Padre Amado Pérez, Cjm, abordando el tema de la Formación Permanente.

“La Formación Sacerdotal”

La formación sacerdotal es vital en la vida de un Eudista, puesto que, hace parte de su esencia fundacional (Constituciones, N° 30-34) al servicio de las almas. En primer lugar, se ha realizado un rastreo de las características pedagógicas y normativas que la Iglesia ha promulgado en Presbyterorum Ordinis y Optatam Totius, en consonancia con los presupuestos de San Juan Eudes desde el Memorial de la Vida Eclesiástica. Además, se tuvieron en cuenta los aportes de Ratio Fundamentalis a la integración de la persona y su entorno como parte fundamental dentro de la formación de los candidatos al sacerdocio.

Este primer acercamiento a los documentos eclesiales se llevó a cabo bajo la metodología grupal y expositiva, donde los candidatos ponen en consideración criterios formativos encausados hacia el rol del formador y los candidatos, en busca de una formación cada vez más integral. Los Eudistas no parten de lo deshumanizado, sino que reconocen su esencia como parte de la Encarnación, que emana de la espiritualidad robusta de San Juan Eudes, así que, los documentos eclesiales marcan la ruta de la formación presbiteral, pero la Espiritualidad Eudista la fortalece. Los documentos de la Iglesia no son acabados en sí y necesitan actualizaciones que se adapten a las necesidades de la misma formación inicial y permanente.

Por otro lado, se hace énfasis en el llamado a la formación permanente del sacerdote, a generar hombres en comunión, a estar al servicio del clero diocesano, a trabajar por la perfección cristiana, a vivir la espiritualidad sacerdotal que propone san Juan Eudes, lo cual va mas allá de los signos meramente externos y lleva a la coherencia de lo privado con lo público, pues el sacerdote no es una especie rara en la Iglesia, sino un miembro y un servidor de esta (lo expresa el Padre Amado Pérez). De tal forma, se intuye que el sacerdote eudista en su experiencia vocacional y desde la etapa Propedéutica ya ha provocado una experiencia. Ha seguido las exigencias del Maestro sin olvidar su humanidad, en la etapa discipular. Ha aprehendido las actitudes de Jesús y las ha involucrado en su humanidad como parte de la trasformación de su vida estando con Jesús, en la etapa configuradora; y ahora, se hace cooperador de la formación, con y para los hermanos en el día a día, en el acercamiento, en la compañía, en la amistad, en el diálogo, en el discernimiento y en muchos otros escenarios, como parte de la formación permanente. Se concluye así, que la formación del sacerdote debe ser estructural, no solo académica, estructural es sinónimo de solidez, integralidad, consistencia en la estructura de las dimensiones y poniendo énfasis en la vida comunitaria del ya ordenado.

Finalmente, quedan los llamados y las proyecciones a ser apasionados y transparentes por la Congregación de Jesús y María, sintiéndonos útiles para el corazón de otros y el compromiso por las almas desde una pastoral que eduque y forme al estilo de San Juan Eudes.

Mire algunas otras imágenes de los momentos vividos durante esta semana en el Tiempo Especial de Formación Eudista 2024 haciendo click en la imagen:

TEFEI 2024 - Semana 16

#CrónicaTEFEI2024 por Jonathan A. Moreno T. – Candidato Provincia Eudista de Venezuela

#CrónicaTEFEI2024 por Jonathan A. Moreno T. – Candidato Provincia Eudista de Venezuela

En el marco de la decimoquinta semana formativa del TEFEI, recibimos con mucha alegría al P. José Gregorio Rodríguez Suárez, CJM, Decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de UNIMINUTO Bogotá, quien, a través de sus conocimientos en la ciencia de la Psicología, nos permitió conocer, reflexionar, y profundizar en nuestra realidad humana y afectiva, la cual resulta ser tan importante para nuestro proceso de formación con miras al ministerio sacerdotal, el servicio pastoral y la evangelización del Reino de Dios.

Los temas trabajados en esta oportunidad fueron:
  1. Una enseñanza formativa para la compresión de los elementos fundamentales de la personalidad como: temperamento, carácter, rasgo y conducta, a partir de una lectura comentada del psiquiatra Enrique Rojas, del primer capítulo de su obra ‘¿Quién eres? La Personalidad y su Geografía Humana’. Este capítulo sentó las bases para la comprensión del viaje hacia la interioridad en el conocimiento personal por medio de los talleres y pruebas psicológicas.
  2. La sanación interior o de los recuerdos. La oración y el proceso de integración humana. En este punto, de habló de la importancia de vivir un proceso de sanación interior de las diferentes etapas de la vida. Luego expuso la presentación titulada “Sanando las 8 etapas de la vida” inspirada en la teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erickson, la cual, permite alcanzar un estado de bienestar emocional y psicológico. Erikson propuso que, a lo largo de la vida, las personas deben enfrentar una serie de crisis o conflictos psicosociales que determinan su desarrollo personal y la formación de su identidad.

En cada una de las ocho etapas de la vida identificadas por Erikson, se presenta un desafío particular que debe resolverse de manera satisfactoria para avanzar hacia la siguiente etapa de manera saludable. Estas etapas abarcan desde la infancia hasta la vejez y cada una está marcada por una crisis específica que requiere ser superada.

A través de este proceso de sanación interior en cada una de estas etapas, las personas tienen la oportunidad de reflexionar sobre sus experiencias pasadas, trabajar en la resolución de conflictos internos y alcanzar un mayor equilibrio emocional. Esto implica explorar y comprender las emociones, pensamientos y comportamientos que han surgido a lo largo de la vida, y aprender a aceptarse y afrontar los retos de cada fase con madurez y positividad.

  1. El conocimiento personal a partir de aplicación de pruebas psicológicas de personalidad, orientación vocacional y liderazgo hace parte de la formación de los candidatos; de modo que, esta semana, tuvimos la oportunidad de realizar algunas pruebas psicológicas de personalidad, orientación vocacional y de liderazgo, con el propósito de proporcionar una mayor comprensión de nosotros mismos en estas áreas de nuestra vida. Es importante recordar que estas pruebas son herramientas complementarias en el proceso de autoconocimiento y desarrollo personal, y que su interpretación debe realizarse siempre en conjunto con un profesional especializado en psicología. Es así como para dicha interpretación, se realizó un diálogo personal de aprehensión del significado y los resultados de las pruebas realizadas con un clima de cercanía, respeto y fraternidad, con el fin de, tener un autoconocimiento más claro en nuestro proceso humano y formativo.
  2. Vale la pena mencionar, la experiencia de la oración de sanación interior, dirigida por el P. Gregorio y en el que se presentaron a Dios aquellos recuerdos dolorosos, pidiéndole al Señor la sanación del sentimiento asociado a esos recuerdos presentes en cada uno de nosotros.
  3. Finalmente cabe acotar que, como parte de la vida comunitaria se dio la ocasión de visitar al parque acuático Piscilago; donde se dio espacio a la recreación, integración y la fraternidad. Por otra parte, esta semana tuvimos la grata visita del P. Harold Castillo CJM, rector de UNIMINUTO, a quien agradecemos su cercanía con cada uno de nosotros y le deseamos bendiciones en sus labores en nuestra Congregación.

¡La oración es la perfecta felicidad, el gozo pleno y el verdadero paraíso en la tierra! (San Juan Eudes Vida y Reino de Jesús O.C.1,1991-1992).

Haz click en la imagen para ver otros momentos de la semana en el TEFEI 2024:

TEFEI 2024 - Semana 15

Con alegría celebramos el jubileo por los 50 años de sacerdocio del padre Álvaro Duarte cjm

Con alegría celebramos el jubileo por los 50 años de sacerdocio del padre Álvaro Duarte cjm

En una celebración eucarística de acción de gracias en la Parroquia San Juan Eudes de El Minuto de Dios se celebraron las Bodas de Oro sacerdotales del padre Álvaro Duarte, en un bello compartir fraterno con incorporados, asociados y candidatos el pasado sábado 13 de abril.

En una sentida homilía, con su característico humor, el padre Álvaro recordó que ha sido seminarista siempre, haciendo referencia a su extensa labor como formador en seminarios, a ejemplo de San Juan Eudes; “El Espíritu Santo es muy respetuoso, si lo dejamos entrar es para que nosotros nos entreguemos enteramente a Él”, dijo a propósito de una vida ministerial que ha vivido sostenido por el Espíritu Santo.

“Toda una vida, toda una historia y el Señor sigue diciendo Yo soy, yo estoy (…) en esta fiesta de la plenitud sacerdotal debemos tener conciencia que, en cada año, en cada mes, en cada semana y en cada día, en cada instante, el Señor está diciendo Yo soy, no temas”, agregó.

Aprovechó de animar a los candidatos en formación presentes y a muchos otros laicos que pudieran estar pensando en discernir su vocación al sacerdocio: “Piensen ustedes, ¿cuántas personas se benefician con el ministerio sacerdotal? ¿Cuántos bautizados, cuántas personas se confiesan, cuántas conversiones, cuántos pecados perdonados, cuántos moribundos asistidos, cuántas personas encuentran al Señor por la presencia o por la palabra de un sacerdote? Y ahora pensemos al contrario ¿cuántas personas dejaron de vivir todo eso por la ausencia de un sacerdote?”, reflexionó el padre Duarte.

Además de la eucaristía de acción de gracias, en un sencillo brindis se agradeció por la vida del padre Álvaro y posteriormente la comunidad local de la Casa de Formación le celebró con un almuerzo en familia. La fecha del jubileo sacerdotal del padre Álvaro es propiamente este martes 16 de abril.

Haga click en la imagen para ver más fotos de la celebración:

Jubileo sacerdotal P. Álvaro Duarte

¡Es oficial! La Provincia Eudista Minuto de Dios firma convenio con la Arquidiócesis de Lima para formar, animar y pastorear

¡Es oficial! La Provincia Eudista Minuto de Dios firma convenio con la Arquidiócesis de Lima para formar, animar y pastorear

En torno a una reunión fraternal el pasado 09 de abril, la Provincia Eudista Minuto de Dios y el Arzobispado de Lima, firmaron los convenios que establecen la presencia de los eudistas en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo y en la Parroquia Santuario Señor de la Divina Misericordia, ubicados en Lima, Perú.  

La Provincia ha venido trabajando con la Arquidiócesis de Lima, apoyando y animando diferentes espacios que han permitido aportar a la formación de los clérigos de este país, gracias a ello, Monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima, realizó una invitación especial para que los padres eudistas acompañaran la formación de los sacerdotes de este país en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo y, además, animaran la pastoral vocacional. Posteriormente, también se propone que la parroquia Santuario Señor de la Divina Misericordia sea pastoreada por los Eudistas. 

Así entonces, desde el año 2023 el padre Guillermo Acero, cjm quien ahora es el rector del seminario y el padre Leonard Vega, Vicerrector, han venido realizando una etapa de transición que se oficializó a partir de enero de 2024 recibiendo la dirección de este lugar. Por su parte, atendiendo a la necesidad de la animación del Santuario, el padre Noé Rivera, cjm es el el nuevo párroco del Señor de la Divina Misericordia y el padre Jimmy Gutiérrez, el vicario, recibiendo la administración por parte del P. Carlos Rossel, quien finalizó su servicio en este lugar.

En el desarrollo del encuentro, Monseñor Carlos Castillo, expresó su agradecimiento a los padres eudistas por el servicio que han venido prestando en el seminario y manifestó su esperanza por la llegada del padre Noé Rivera,cjm y el padre Jimmy Gutiérrez, cjm, mencionando que hay una misión especial en este santuario, con el fortalecimiento de la formación y el amor por la Palabra de Dios. Así mismo, el padre Camilo Bernal cjm, superior de la Provincia Eudista Minuto de Dios, mencionó que “es una gracia haber recibido este seminario porque San Juan Eudes, firmaba sus cartas como misionero de la misericordia”, y expresó sobre lo mucho que puede aportar la espiritualidad eudista a la pastoral del Santuario. 

Para el padre Leonard Vega,cjm, nuevo Vicerrector del Seminario es un honor ser parte de esta nueva misión acogiendo el llamado de la espiritualidad eudista a formar sacerdotes según el corazón de Dios y servir a la Iglesia con espíritu de sinodalidad.  

Es importante resaltar que además de la presencia de la Provincia Eudista Minuto de Dios, se han   ha venido adelantando con la obra de el Minuto de Dios diferentes acciones que aportarán desde la misión, el servicio y la educación al desarrollo y crecimiento de este país.  

Ante este importante suceso el padre Camilo Bernal, cjm, compartió el siguiente mensaje: 

En nombre de la CJM y de la PEMD agradecemos, de forma especial, al P. Guillermo Acero por su liderazgo, espíritu de servicio y compromiso decidido con la Iglesia. Agradecemos al P. Leonard Vega por su fidelidad, bondad y decisión con la formación.  

Agradecemos a los Padres Noé y Jimmy quienes, este jueves, se unirán a la misión Eudista al asumir en los próximos días el Santuario.  

Supliquemos a Jesús y María acompañen a nuestros hermanos en este servicio a la Iglesia para que hagan presente el espíritu que San Juan Eudes nos ha legado. 

 

Firma de convenio con Arquidiócesis de Lima

Una síntesis de Dignitas infinita y una consideración desde un texto del padre Rafael García Herreros

Una síntesis de Dignitas infinita y una consideración desde un texto del padre Rafael García Herreros

Elaborado por el P. Hermes Flórez Pérez | Eudista Provincia Minuto de Dios

Este 8 de abril de 2024 ha sido publicada en el Boletín de la Santa Sede la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe “Dignitas infinita sobre la dignidad humana”, un bello texto, donde se aborda este tema, a propósito de la conmemoración del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), como una oportunidad de “aclarar algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana y de abordar algunas cuestiones concretas, graves y urgentes, relacionadas con ella” (No. 2). A continuación se mencionan algunos ecos a esta importante declaración; después, se harán algunas conexiones con el pensamiento garcíaherreriano.

El punto de partida está en la Revelación, desde donde la Iglesia “reafirma y confirma absolutamente esta dignidad ontológica de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios y redimida en Cristo Jesús”. Este planteamiento es el que han tenido algunos pontífices citados (como san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, de este último afirma que Fratelli Tutti es una especie de Carta Magna de las tareas actuales para salvaguardar y promover la dignidad humana).

Seguidamente ofrece una cuádruple distinción del concepto de dignidad: 1) la dignidad ontológica, que corresponde a la persona como tal por el mero hecho de existir y haber sido querida, creada y amada por Dios; 2) la dignidad moral, que se refiere al ejercicio de la libertad por parte de la criatura humana; 3) la dignidad social, que se refiere a las condiciones en las que vive una persona; 4) la dignidad existencial, que es la experiencia de la propia condición de vida.

La conciencia progresiva de la dignidad humana

Seguido a esta introducción está el primer punto, referido a la conciencia progresiva de la centralidad de la persona humana. Para tal efecto, cita las intuiciones con respecto a la dignidad humana desde la antigüedad clásica. Sin embargo, en coherencia con el punto de partida anteriormente mencionado, la reflexión se detiene en las perspectivas bíblicas, desde donde asegura que la “Revelación bíblica enseña que todos los seres humanos poseen una dignidad intrínseca porque han sido creados a imagen y semejanza de Dios”, aspecto que le permite confirmar que todos “poseemos un valor sagrado en nuestro interior que trasciende toda distinción sexual, social, política, cultural y religiosa” (No. 11). El recorrido bíblico, además cita al Éxodo, los profetas y la literatura sapiencial.

El foco bíblico profundiza en Jesús: “a lo largo de su ministerio, Jesús afirmó el valor y la dignidad de todos los que son portadores de la imagen de Dios, independientemente de su condición social y circunstancias externas. Jesús rompió las barreras culturales y de culto, devolviendo la dignidad a los ‘descartados’ o a los considerados al margen de la sociedad” (No. 12). Este aspecto es tan importante que “Para Jesús, el bien hecho a todo ser humano, independientemente de los lazos de sangre o de religión, es el único criterio de juicio”.

En el recorrido por el pensamiento cristiano, la declaración sustenta que “la antropología cristiana clásica, basada en la gran tradición de los Padres de la Iglesia, puso de relieve la doctrina del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios y su papel singular en la creación”. Posteriormente, en el pensamiento medieval, siguiendo algunos planteamientos del Aquinate, se llegó a una síntesis de persona: “persona significa lo que en toda naturaleza es perfectísimo, lo que subsiste en la naturaleza racional”. Estos aspectos serán los que están detrás del humanismo cristiano del renacimiento y su reflexión sobre la dignidad, que adquirió en el siglo XX una perspectiva original con el personalismo, como uno de sus mayores ejemplos.

En nuestros días, el término de “dignidad”, asegura la declaración, “viene utilizado principalmente para destacar el carácter singular de la persona humana, inconmensurable con respecto a los demás seres del universo” (No. 14). Sin embargo, alerta que la dignidad “no es concebida a la persona por otros seres humanos, sobre la base de determinados dones y cualidades, de modo que podría ser eventualmente retirada” (No. 15), para concluir que “todos los seres humanos poseen la misma e intrínseca dignidad, independientemente del hecho sean o no capaces de expresarla adecuadamente”, pues “la dignidad de todo ser humano es tal más allá de toda circunstancia”.

La Iglesia y la dignidad humana: Creación, Encarnación, Resurrección

La segunda parte inicia con el numeral 17 que dice: “La Iglesia proclama la igual dignidad de todos los seres humanos, independientemente de su condición de vida o de su calidad. Este anuncio se apoya sobre la triple convicción de la fe cristiana, confiere un valor inconmensurable a la dignidad humana y refuerza sus exigencias intrínsecas. En este sentido, asegura que: 1) Según la Revelación, la dignidad del ser humano proviene del amor de su Creador, que ha impreso en él los rasgos indelebles de su imagen; 2) La dignidad de la persona humana se reveló en plenitud cuando el Padre envió a su Hijo que asumió plenamente la existencia humana; 3) El destino último del ser humano, pues, tras la creación y la encarnación, la resurrección de Cristo nos revela un ulterior aspecto de la dignidad humana. En la conclusión de este apartado, la declaración insiste en que “el ser humano debe esforzarse por vivir a la altura de su dignidad” (No. 22).

La dignidad como fundamento de los derechos y deberes humanos

Con el ánimo de recordar los principios que deben siempre respetarse, a propósito de los 75 años de la declaración de los Derechos del Hombre, este documento sostiene que “solo mediante el reconocimiento de la dignidad intrínseca del ser humano, que nunca puede perderse, desde la concepción hasta la muerte natural, puede garantizarse a esta cualidad un fundamento inviolable y seguro. Y es que se abusa del concepto de libertad humana para “imponer como derechos, garantizados y financiados por la comunidad, ciertos deseos y preferencias que son subjetivas. Pero la dignidad humana no puede basarse en estándares meramente individuales ni identificarse con el bienestar psicofísico del individuo”. También alerta sobre el riesgo de “restringir la dignidad humana a la capacidad de decidir discrecionalmente sobre uno mismo y sobre su propio destino, independientemente del de los demás, sin tener en cuenta la pertenencia a la comunidad humana” (no. 26). De esta manera reafirma: “la dignidad del ser humano incluye también la capacidad, inherente a la propia naturaleza humana, de asumir obligaciones hacia los otros”. Esta dignidad, no debe hacernos olvidar de la bondad de los seres humanos, por lo que se debe afirmar la bondad creatural del resto del cosmos.

Violaciones graves de la dignidad humana

Con el Concilio Vaticano citado, la declaración recuerda que se opone a la dignidad humana cuanto atenta contra la vida. Agrega, con las ya señaladas por el concilio, la pena de muerte, las personas encarceladas y la práctica de la tortura, sin embargo, menciona unas muy graves de nuestro tiempo:

  • El drama de la pobreza
  • La guerra, que es siempre una derrota de la humanidad
  • El trabajo de los emigrantes
  • La trata de personas, que es un crimen contra la humanidad
  • Los abusos sexuales, con el compromiso de poner fin empezando desde adentro
  • Las violencias contra las mujeres
  • El aborto
  • La maternidad subrogada, que viola la dignidad del niño y de la mujer
  • La eutanasia y el suicidio asistido
  • El descarte de las personas con discapacidad
  • La teoría de género, que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual
  • El cambio de sexo que corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción
  • La violencia digital

A modo de conclusión, citamos dos expresiones: “¡El compromiso con los derechos humanos nunca se acaba!” (No. 63) y “La Iglesia no cesa de alentar la promoción de la dignidad de toda persona humana, cualesquiera que sean sus cualidades físicas, psíquicas, culturales, sociales y religiosas” (No. 66).

Una consideración desde el padre Rafael García Herreros

 Uno de nuestros seminarios internos -del Centro Rafael García Herreros- consideró planteamientos del Siervo de Dios fundador de El Minuto de Dios sobre la dignidad humana. Entre los textos estudiados estuvo la Advocación al Hombre. Citamos ahora una parte de este texto que recuerda los anteriores planteamientos de la declaración, sobre todo por esa bella articulación con los planteamientos de la Revelación.

García Herreros (1973), plantea que el hombre es “signo de Dios. Eres la teofanía, más que el mar, más que el universo; eres tú, pequeño hombre, la presencia, la verdadera figura de Dios en la tierra”. Este planteamiento recuerda la altísima dignidad del ser humano al crearse a imagen de Dios, tal como lo postula Dignitas infinita y que es un aspecto transversal de todo el pensamiento cristiano. También el dinamismo encarnacional es reflexionado por el sacerdote cucuteño: “Tú no solo eres la medida de todo, sino el ideal de todo. En tu historia, hay uno maravilloso, uno absolutamente divino, que inmensificó tu raza, tu aspecto, tu forma humana: ¡Fue Jesucristo! Yo pienso que no fue indigno de Dios el querer hacerse hombre. Tomar nuestra medida, conocer nuestra interioridad y querer sublimarnos casi a lo divino con su presencia entre nosotros”.

Y, finalmente, no podemos olvidar tampoco el dinamismo resurreccional: “Hombre, hermano mío: tú no debes vivir en choza. Debes lograr el rango que te pertenece. No puedes carecer de lo que otros tienen en abundancia. No puedes seguir sollozando por mi culpa, ni seguir viviendo pobre y en harapos. Tú no puedes ser eternamente marginado… Yo sé que dentro de algún tiempo se habrán resuelto casi todos los problemas que te angustian”. Es aquello que dice la declaración: “La Iglesia cree y afirma que todos los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios y recreados en el Hijo hecho hombre, crucificado y resucitado, están llamados a crecer bajo la acción del Espíritu Santo para reflejar la gloria del Padre, en aquella misma imagen, participando de la vida eterna (No. 21). Por eso en El Minuto de Dios nos esmeramos porque cada persona goce de su altísima dignidad de ser hija de Dios.